Un equipo de investigadores de la UAM estudia los efectos del confinamiento en la docencia
El estudio ‘Influence of COVID-19 confinement in students’ performance in higher education’ –parte de un proyecto coordinado por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid en el que participan siete entidades de distintos países europeos (España, Rumanía, Bélgica y Finlandia)–, concluye que el esfuerzo de los alumnos y profesores realizado durante el confinamiento por la COVID-19 ha llevado a un incremento significativo en el rendimiento académico, que se traduce en mejores calificaciones. El trabajo se enmarca en ‘Advanced Design of e-Learning Applications Personalizing Teaching to Improve Virtual Education’, un proyecto Erasmus+ financiado por la Unión Europea (UE)

Investigadores de las Facultades de Medicina de la UAM (Teresa González); Ciencias (Mariángeles de la Rubia); y la Escuela Politécnica Superior (Marta Comas, Kyle Hincz y Sacha Gómez), junto a Eurecat (Santi Fort y Laia Subirats), lideran un estudio recientemente publicado en la plataforma EdArXiv que destaca entre sus conclusiones que el confinamiento por el COVID-19 se traduce en un incremento significativo del rendimiento académico y mejores calificaciones de los estudiantes. El estudio se ha llevado a cabo con 458 estudiantes matriculados en tres asignaturas: Informática Aplicada (1º) y Diseño de Instalaciones de Tratamiento de Agua (4º) del grado de Ingeniería Química, y Metabolismo (1º) del grado en Nutrición Humana y Dietética.
Hablamos con uno de sus autores, Sacha Gómez (EPS-UAM), que detalla cómo se ha desarrollado esta investigación:
¿Cómo surge la iniciativa?
La iniciativa surge ante la incertidumbre generada en la universidad española sobre el proceso de evaluación en la situación de confinamiento por COVID-19. Nuestro grupo de trabajo en la UAM y los colaboradores de Eurecat (Cataluña) llevamos años investigando en métodos de aprendizaje y evaluación online. Desde el momento en que las clases quedaron suspendidas por el COVID-19, el consorcio inició toda clase de protocolos y recursos para garantizar el proceso de enseñanza a distancia. En este entorno, una de las líneas de actuación evidente era el análisis de las consecuencias del nuevo proceso de evaluación. Hay que tener en cuenta que la evaluación es uno de los pilares fundamentales de la enseñanza y también uno de los que más comprometidos puede quedar en la crisis actual.
¿Cuáles son las principales conclusiones a las que han llegado?
La principal conclusión del estudio es que existe una mejoría significativa en el rendimiento de los estudiantes a partir del confinamiento. Para llegar a esta conclusión hemos tenido que descartar la influencia de las posibles trampas en las pruebas de evaluación a distancia. Como refleja el estudio, no existe influencia de cambios en el temario, método de evaluación o equipo docente al haber seleccionado asignaturas en las que todos esos elementos no se han modificado en los tres últimos años. Según los datos de nuestro estudio, la mejoría se ha producido de forma inequívoca a partir del confinamiento. Respecto a las posibles causas de esa mejoría, pensamos que tiene relación con la reacción positiva y responsable de los estudiantes y profesores ante la situación. Por un lado, los profesores han redoblado esfuerzos en transmitir el temario con todas las herramientas a su alcance. Por otro lado, los alumnos han atendido de forma ejemplar a las actividades propuestas. Al no tener ninguna referencia previa, todos los participantes han extremado sus precauciones para no perder el curso y eso ha generado una mejoría muy notable. Esta conclusión la reforzamos con la evidencia de un trabajo continuo por parte de los estudiantes mucho más acentuado este curso que en los cursos previos.
¿Se ha estimado esta mejoría en una nota media?
Sería muy deseable poder hacer una estimación cuantitativa y generalizable. Nosotros hemos detectado una mejora entre uno y dos puntos en las calificaciones en una escala entre 0 y 10. Sin embargo, existen muchos factores a tener en cuenta y muchas asignaturas con distintas circunstancias que hacen imposible dar un número concreto para todos los casos. Hay que tener en cuenta que hay incluso asignaturas de nueva creación o que se imparten por vez primera por un profesor. El mensaje del artículo respecto a las mejoras en las calificaciones está más orientado a la demostración de que el buen trabajo de los profesores y los estudiantes ha generado una mejora real en el aprendizaje. Las altas calificaciones que se puedan dar durante este periodo no deben desprestigiarse asociándolas a trampas o a una enseñanza deficiente, cuando lo más probable es que haya sido todo lo contrario.
Al hablar en vuestras conclusiones de “recompensa” y “temor a perder el curso académico” como incentivos para un trabajo continuo que mejora los resultados… ¿Cree que se pueden mantener en el tiempo?
Efectivamente, hay que tener en cuenta que la mejoría no puede atribuirse simplemente a cambiar a un formato de evaluación a distancia. Si fuera el caso, ya existirían trabajos indicando que este formato es más adecuado para la enseñanza, y no ocurre. Por ejemplo, existen trabajos que mencionan numerosas dificultades en mantener la motivación de los estudiantes en cursos online como los MOOCs (Massive Online Open Courses). Tampoco se puede decir que la enseñanza a distancia sea peor que la enseñanza presencial, pero seguro que no tiene una ventaja tan evidente como la que se ha encontrado en este estudio. La mejoría tiene que ver con lo particular de este caso de enseñanza a distancia, que es el confinamiento. En el confinamiento, los alumnos pueden desarrollar un temor a perder el curso académico que les motive a trabajar más duro para evitarlo. Ese temor es muy razonable que desaparezca cuando desaparezca el confinamiento y se pierda esta motivación adicional. El factor común que hemos visto en las asignaturas con una mejoría es el trabajo continuo de los estudiantes a partir del confinamiento. Es cierto que ya se conoce desde hace tiempo la ventaja de un estudio continuo, pero hemos visto que no solía producirse tanto como sería deseable. Accidentalmente, el confinamiento sí lo ha producido en gran medida. Como el accidente del confinamiento no puede (ni debe) repetirse, hay que buscar medidas diferentes que promuevan un aprendizaje continuo real. Técnicas de recompensa o gamificación serían buenos candidatos.
¿Quiénes han participado en este estudio?
El estudio se genera en torno a un proyecto Erasmus+ financiado por la Unión Europea (UE) que coordinamos desde la UAM. Este proyecto se inició en 2017 bajo el nombre Advanced Design of e-Learning Applications Personalizing Teaching to Improve Virtual Education. Es un proyecto en el que participan siete entidades de distintos países europeos (España, Rumanía, Bélgica y Finlandia), y en el que todos los participantes tienen un marcado carácter multidisplinar. En el presente trabajo han colaborado los grupos de la UAM y Eurecat (Cataluña), encargado del desarrollo de plataformas de e-Learning y análisis de datos.
Puedes descargar el estudio original aquí